Relato del Ascenso

Todo comenzó en febrero del 2017, sentada en el cráter del Volcán Bertrand, una de mis cumbres preferidas de la provincia de Catamarca, por su belleza imponente, colores, texturas, un cráter perfecto de 4.5 km. de diámetro y más de 300 metros de profundidad.

Me alejé un ratito de mis compañeros para contemplar en silencio tanta majestuosidad a mi alrededor, que distinto a otras ocasiones, se encontraba todo nevado.

A lo lejos, hacia el NO, visualizo un volcán con un cráter tan perfecto como en el que me encontraba, le consulté a un amigo catamarqueño que estaba conmigo, muy conocedor de la zona, si sabía que volcán era, pero al igual que yo no lo había visualizado nunca antes.

Sin duda un paisaje que era familiar para nosotros, con la nevada de los días anteriores, resulto ser muy distinto. Desde ese día siempre tuve presente la imagen de ese volcán en mi mente, ayudada por una fotografía que me sacaron, sin darme cuenta, del momento que relato.

En noviembre del mismo año viajamos con Sibu, mi compañero de montaña y de vida, a Mar del Plata a visitar a los amigos Laurita y Guillermo. Guillermo Almaráz gran montañista, historiador de montaña, autor de libros y el mayor conocedor e investigador de esa región de la cordillera Catamarqueña.

Foto en mano le consulto si conoce ese volcán, su respuesta fue: – No lo conozco, pero dejame que investigue un poco y te cuento.

A los pocos días recibo un mail suyo con toda la descripción de la zona y del cerro. Me cuenta que en realidad no es un volcán, que el cráter que visualizaba es un plateau que hay en la cumbre con un pedrero en uno de sus bordes, que dependiendo como le pega el sol proyecta una gran sombra sobre el plateau que de lejos se confunde con un cráter.

El dato totalmente inesperado para mí fue que no registraba ascensos hasta el día de la fecha.
Guille no solo me pasó todos los datos detalladamente, sino que me dijo: – ese cerro no registra ascensos hasta la fecha, que te parece si lo subís y los bautizas?…

Inmediatamente esa propuesta se transformó en mi sueño!
El nombre no tardó en aparecer en mi mente, sin duda se llamaría “Cerro Mística” en honor a Mística de montaña – Grupo de entrenamiento.

Así fue como a las pocas semanas estábamos reunidos, asado por medio como es la tradición, con nuestros amigos de montaña planificando la expedición al cerro sin nombre.

Carolina González (Caroleta), Juan Martín Lamouret (Juanchi), Rubén Cesaretti (quien finalmente no pudo ser parte de la movida), Eduardo Sibulosky (Sibu), y Mariana (quien escribe). Para Caro sería su primera experiencia con este grupo alocado.

Exactamente un año después de visitar a Guillermo, noviembre del 2018, partimos en busca del sueño!

Distinto a los años anteriores, para que el viaje de 2 días a Catamarca no se haga tan largo, decidimos ir a aclimatar a Mendoza, 4 días en la quebrada del Salto.

Continuamos viaje por la ruta 149 desde Uspallata destino a Fiambalá – Catamarca, pasando x la localidad de Barreal – San Juan, donde nos encontramos con un paisaje bellísimo, impactante, a la derecha el frondoso y colorido pueblo, a la izquierda pintado de blanco el imponente Cordón de Ansilta. Los 4 que íbamos en la camioneta entrecruzamos miradas cómplices, esbozamos sonrisas, sin decir una palabra todos sabíamos lo que estaba pensando el otro… sería uno de los próximos destinos a explorar.

Ya en nuestra querida Fiambalá, visitamos a los amigos del pueblo, hicimos compras y partimos al campamento de Pastos Largos 3.270 msnm, RN 60, para continuar con nuestro período de aclimatación.

Pasamos dos noches a esa altura y nos dirigimos al campamento de las Grutas 4000m.s.n.m., Paso de San Francisco, donde nos estaba esperando el Chango Chico (Eduardo Salas) que se sumaría a la expedición, el loco que faltaba!
Luego de pasar 2 días aclimatando en la zona comenzamos los preparativos para el gran día!!

Ajustar minuciosamente el equipo sin dejar nada indispensable, pero tratando de llevar el menor peso posible ya que deberíamos cargar 8 litros de agua cada uno, porque en los 2 días de ascenso no hay agua ni nieve para derretir; además de cargar una caja metálica de un tamaño importante para dejar en la cumbre con un libro de cumbre y banderín como testimonio.

Lo que decidimos fue llevar la cena hecha desde el refugio para cargar menos combustible y paquetes. Preparamos un sabroso arroz que trasladamos directamente en la marmita listo para calentar.

Y el viernes 30 de noviembre, después de un suculento desayuno y tirar las mochilas en la camioneta, partimos de Las Grutas a las 5:30hs. a cumplir el sueño!
Tomamos el camino que sale por el costado del refugio en dirección al Volcán Bertrand. Aproximamos hasta una altura de 4523 m.s.n.m. donde dejamos la camioneta y con un amanecer soñado, mucha energía y motivación comenzamos a caminar, guiándonos con los puntos de GPS que obtuvimos después de analizar cartas topográficas y Google Earth.

El objetivo del día sería llegar al campamento que se realiza para subir el Cerro Pabellón a 4767 m.s.n.m.

Una vez instaladas las carpas, descansamos un rato, caminamos por el paisaje desértico, árido, pero no por eso menos atractivo, cenamos nuestro arroz recalentado y muy temprano nos acostamos para reponer energías para el día tan esperado.

Finalmente el 1 de diciembre partimos del campamento a las 6:30hs. Una mañana brillante, un sol increíble pero que no llegaba a compensar la baja temperatura que hacía. Caminamos la mayor parte del tiempo con todo el equipo de abrigo menos las botas dobles que no hubiesen estado nada mal ya que los pies fueron los que más padecieron el frío. Pero la motivación, la expectativa y alegría eran mayores!

Comenzamos a transitar el típico paisaje de la cordillera Catamarqueña, muchas piedras marrón-rojizas, negras, coirones con su amarillo oro tan característico, el terreno totalmente ondulante, como una montaña rusa… subir y bajar constantemente.

Después de un descanso para hidratar y comer algo, el terreno invitó a dar un giro a la derecha y luego de atravesar un gran pedrero apareció! El GPS indicaba que era el cerro que asomaba frente a nosotros.

Todos sorprendidos por su impactante belleza. Nunca lo había imaginado tan hermoso, tan colorido, tan protagonista en un escenario que se transformó en lunar. Las primeras lágrimas de emoción no tardaron en derramarse ante tanta alegría.

De ahí en más no dejamos de sorprendernos con el entorno que nos rodeaba, muy distinto al de los días anteriores.

Ya más próximos empezamos a analizar por donde subir la montaña. La ansiedad y emoción iban en aumento, sabía que lo logaríamos a pesar que el frío seguía acechando.

Y una vez montados al filo me empezaron a invadir las dudas, pero será este cerro?… no nos habremos confundido?… Chango Chico que iba adelante con el GPS no paraba de afirmarme que íbamos bien que faltaba un poco aún.

En realidad lo que sucedía era que no podía creer que estaba ahí nomás de concretar mi sueño!!

Cada pedrero que atravesaba me carcomía la ansiedad de encontrarme con el plateau del otro lado y nada… buscaba desesperada la foto de la cumbre que la llevaba guardada en mi mente como el tesoro más preciado. Hasta que finalmente después del cuarto pedrero nos entramos dentro de la foto esperada!!

La alegría y emoción eran enormes, hacía rato no experimentaba el sentimiento de euforia, no podía parar de llorar, gritar, saltar y agradecer… todo a la vez!
Agradecer a la vida darme la posibilidad de conocer un lugar tan inhóspito tan increíblemente hermoso, agradecer a mis locos compañeros que me ayudaron y se sumaron a este sueño, a Guille que me impulso y confió en mí y a toda la familia y amigos que durante los dos días de ascenso se presentaron en mi mente acompañándome en cada paso.

Después de los fuertes y sentidos abrazos y de las fotos, armamos la apacheta de cumbre, escribimos el libro cada uno con sus dedicatorias, completamos la información en el banderín que dejamos como testimonio, guardamos la caja en la apacheta y emprendimos el regreso.

La sensación de permanecer más tiempo en tan bello lugar era profunda pero nos esperaba un largo descenso hasta el refugio de Las Grutas.

Lo que nunca te conté es que este sueño tiene dos capítulos. El primero se concretó el 1 de diciembre del 2018 a las 10:45hs. realizando el primer ascenso al pico que bautizamos Mística (5235 m.s.n.m.) en la Cordillera de San Buenaventura – Catamarca. El segundo capítulo se concretará el día que reciba un mensaje comunicándome que una 2da expedición subió el cerro y bajaron el banderín que dejamos como testimonio. Espero ansiosa ese gran día!!

Gracias por leer este relato, mi primer relato y seguramente no el último ya que tengo el deseo e intensión de seguir haciendo primeros ascensos.

Como me dijo Guille hace no mucho tiempo: Para qué seguir subiendo los cerros que sube todo el mundo habiendo tantos otros por conocer, por descubrir??!!

Gracias! Espero lo hayas disfrutado!